jueves, 10 de mayo de 2018

Linfoma de Hodgkin

Linfoma de Hodgkin

I. INTRODUCCIÓN
El linfoma de Hodgkin (HL), uno de los tipos de cáncer más curables, recibió su nombre de Thomas Hodgkin, un patólogo británico. En 1832, el Dr. Hodgkin describió varios casos de personas con síntomas de un cáncer que afecta los ganglios linfáticos. La enfermedad se llamó “enfermedad de Hodgkin” durante aproximadamente 170 años. Su nombre se cambió oficialmente a “linfoma de Hodgkin” a fines del siglo XX, cuando se hizo evidente que la enfermedad era consecuencia de una lesión en el ADN de un linfocito. El daño al ADN se adquiere; no se hereda. El ADN alterado en el linfocito produce un cambio canceroso que, si no se trata, tiene como resultado una proliferación descontrolada de los linfocitos cancerosos. La acumulación de los linfocitos cancerosos produce las masas tumorales que se encuentran en los ganglios linfáticos y otros lugares del cuerpo. Las características célulares fueron reconocidas por Sternberg en 1898 y por Reed en 1902.
La enfermedad de Hodgkin tiene con frecuencia un comienzo ganglionar y se extiende inicialmente a través del sistema linfático y con posterioridad por vía sanguínea. Este tipo de extensión y la disponibilidad de tratamientos eficaces determinan que sea curable el 75-80% de los pacientes. En la actualidad se desconoce la causa y el mecanismo directo de esta enfermedad, aunque existen datos sobre la presencia del virusde Epstein-Barr sobre fenómenos de inmunodepresión con asociación de virus y VIH, y ciertas anomalías citogenéticas, así como la asociación de enfermedad de Hodgkin con otros virus.
La enfermedad de Hodgkin es poco frecuente. Representa el 1% de todas las neoplasias malignas e incide con una frecuencia de 3-3,5 nuevos casos por 100.000 habitantes y año. La curva de incidencia según la edad es típicamente bimodal, con un pico en los adultos jóvenes entre 15 y 35 años y otro después de los 55 años. El pico se desplaza a edades tanto más juveniles cuanto menor es el nivel socioeconómico del área estudiada.
En conjunto hay un predominio evidente en los varones, con cifras proporcionales de hasta 1,5/1 aproximadamente. Con todo, en los adultos jóvenes la incidencia se iguala prácticamente en ambos sexos, al ser en esta edad más frecuente la variedad esclerosis nodular que predomina en el sexo femenino.

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II. ESTADIOS DE LA ENFERMEDAD

Para determinar el estadio para el linfoma 
Hodking y no Hodking se utiliza la clasificación Ann Arbor, excepto el linfoma cutáneo. Hay 4 estadios para clasificar esta enfermedad. Cada estadio se subdivide: A: No sintomática y B: Si tiene fiebre, pérdida de peso, sudoración nocturna.
Cuando presentan extensión extralinfática se clasifican con la letra E, si afectan al bazo con la letra S, Hígado H, Pleura P, Pulmón L, Hueso O, Médula ósea M, Piel D, Si el estadio es clínico se antepone las letras CS, Obtenido por procedimiento quirúrgico como y la laparotomía se antepone PS.

Estadio I:
Limitado a una región ganglionar linfática anatómica. Afección de una sola región ganglionar (I), o afección localizada de un solo órgano, o localización extralinfática (IE).
- Ganglio, Anillo de Waldeyer, Timo o Bazo
- Raro en Linfoma Hodking
- Estadios clínicos cS.
Estadio II:
Afección de 2 o más regiones ganglionares en el mismo lado del diafragma (II), o afección localizada de un solo órgano (localización extralinfática) y su ganglio o ganglios regionales con o sin de otras regiones ganglionares en el mismo lado del diafragma (IIE).
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Estadio III:
Afección ganglionar en ambos lados del diafragma (III), que puede acompañarse de:
- Afección localizada de un órgano (IIIE), o
- Localización extralinfática asociada (IIIE), con afección del bazo (IIIs), o ambas (IIIE+s).
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Estadio IV:
Afección diseminada (multifocal) de uno o más órganos extralinfáticos, con o sin afección ganglionar asociada, o afección extralinfática aislada con afección ganglionar a distancia (no regional). Incluye compromiso de hígado, médula, pulmones o líquido cerebroespinal.
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III. SÍNTOMAS Y SIGNOS
Los síntomas y signos se relacionan principalmente con la localización, el número y la extensión de las masas ganglionares implicadas. La mayoría de los pacientes se presentan con adenopatías cervicales y mediastínicas, pero sin síntomas sistémicos. A medida que la enfermedad se disemina por el sistema mononuclear fagocítico, generalmente a localizaciones contiguas, se desarrollan otras manifestaciones.
La velocidad de progresión varía según el subtipo histopatológico. Puede aparecer precozmente un prurito intenso; a menudo hay fiebre, sudación nocturna y pérdida de peso cuando están afectados ganglios internos (retroperitoneal o mediastínicos voluminosos), vísceras (hígado) o médula ósea. En ocasiones se observa fiebre de Pel-Ebstein (algunos días de fiebre elevada que alternan regularmente con días o semanas de temperatura normal o inferior a la normal).
Un síntoma de mecanismo poco claro que puede aportar una clase diagnóstica precoz es el dolor inmediato en las regiones afectadas tras ingerir bebidas alcohólicas. La afección ósea suele ser asintomática, pero puede producir dolor con lesiones osteblásticas vertebrales (vértebras de «marfil») y, raras veces, lesiones osteolíticas con fracturas por compresión. La pancitopenia se debe en ocasiones a la invasión de la médula ósea, en general en la variedad de depleción linfocítica. La invasión epidural que comprime la médula espinal puede ocasionar paraplejía. El síndrome de Horner y la parálisis laríngea pueden ser el resultado de la presión ejercida por los ganglios linfáticos aumentados de tamaño sobre los nervios simpáticos cervicales y recurrentes laríngeo, respectivamente.
Los dolores neurálgicos son consecuencia de la compresión de las raíces nerviosas. Raras veces aparecen lesiones intracraneales, gástricas y cutáneas y, en caso de estar presentes, sugieren enfermedad de Hodgkin asociada al VIH.
La obstrucción de los conductos biliares intrahepáticos o extrahepáticos por masas tumorales produce ictericia. El edema en las piernas puede ser consecuencia de la obstrucción linfática en la pelvis o la ingle. La compresión traqueobronquial puede causar disnea intensa y sibilancias. La infiltración del parénquima pulmonar puede simular una consolidación lobular o una bronconeumonía y originar cavitación o abscesos pulmonares.
La mayoría de los pacientes presenta un trastorno lentamente progresivo de la inmunidad retardada o celular, que contribuye en la enfermedad avanzada a la aparición de infecciones bacterianas frecuentes y, más raramente, de infecciones por hongos, virus y protozoos.
La inmunidad humoral o función de las células B también está deprimida en la enfermedad avanzada. La caquexia es habitual y los pacientes fallecen frecuentemente por sepsis.

IV. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la enfermedad de Hodgkin es anatomopatológico y debe realizarse con las técnicas habituales y con el inmunofenotipo para clasificar las distintas formas histopatológicas. El diagnóstico diferencial se establece prioritariamente con los LNH. El linfoma B mediastínico tiene células que se asemejan a las de Reed-Sternberg, los linfomas anaplásicos pueden confundirse con la enfermedad de Hodgkin tipo depleción linfocitaria, y la enfermedad de Hodgkin tipo predominio linfocitario se considera en la actualidad como un linfoma de fenotipo B. Otras enfermedades que pueden plantear problemas de diagnóstico diferencial con la enfermedad de Hodgkin son las adenopatías de tumor primario desconocido, la mononucleosis,  sarcoidosis, la toxoplasmosis y el síndrome de Sjögren. En la tinción de May-Grünwald-Giemsa los nucléolos aparecen azulados, confiriendo a la célula un aspecto muy característico. En la práctica sólo se halla como elemento gigante predominante en 1 de cada 5 pacientes, por lo que es mucho más frecuente que dominen las otras variantes de célula de Reed-Sternberg.

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V. TRATAMIENTO
Los avances terapéuticos en la enfermedad de Hodgkin permiten en el momento actual una esperanza de curación a 20 años del 75% de los pacientes, con una toxicidad cada vez menor en cuanto a la quimioterapia y a la radioterapia y una reducida morbilidad al ser muy limitadas las indicaciones de la laparotomía.

Radioterapia
Representó la primera posibilidad de curación de la enfermedad de Hodgkin en sus formas localizadas. La aplicación de la radioterapia se realiza en zonas afectadas y adyacentes. La erradicación del tumor depende de la dosis y se necesitan 35-40 Gy en los lugares invadidos y 30-35 Gy en las zonas clínicamente no afectadas, administrados a una dosis de 1,5-2 Gy/día durante 5 días a la semana.

Quimioterapia
La combinación de agentes alquilantes y de alcaloides de la Vinca proporcionan un número importante de respuestas completas (65%). 
El MOPP (mecloretamina, vincristina, procarbazina, prednisona), introducido en 1967, permitió un 80% de respuestas completas con la mitad de curaciones. Sobre el protocolo MOPP se han introducido diversas variables con la finalidad de intentar mejorar su eficacia o reducir su toxicidad. En la actualidad no se utiliza al haberse suprimido la mecloretamina. 
El protocolo ABVD (adriamicina, bleomicina, vinblastina, dacarbazina) tiene como base el sinergismo de sus fármacos, la eficacia de las antraciclinas en linfomas y la utilización de fármacos no contenidos en el programa MOPP. Sobre esta base se combinaron ambos tratamientos de forma alternativa.